martes, febrero 06, 2007

Derechos Humanos: Me contaron que... ARGENTINA


Son muchos los artículos de los derechos humanos que fueron violados durante la dictadura en Argentina, podría decirse que casi todos. Fue una época de muchísima represión, censura y tortura, de asesinatos y desapariciones, de miedo y desconcierto.
Las historias que pueden contarse son millones, pero decidí relatar este hecho extraído del libro Nunca Mas, en el cual la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) recopila toda la información encontrada e investigada sobre el golpe militar de 1976. Se trata del testimonio de Antonio Horacio Miño, en el que cuenta cómo luego de haber sido secuestrado y metido en el suelo de un patrullero es llevado directamente a la “parrilla”, y cómo, atado al elástico metálico de una cama y ligado de pies y manos con electrodos, es acariciado por la “picana” en todo el cuerpo con especial ensañamiento e intensidad en los genitales...
Luego de este relato, explica cómo los interrogatorios se hicieron más cortos, pero la picana más fuerte, siendo verdaderamente horrendos los electrodos en los dientes, “parece que un trueno te hace volar la cabeza en pedazos” así describe esta sensación. Añadiendo un nuevo elemento a las torturas, que consistía en un delgado cordón con pequeñas bolitas que introducían en la boca y que es muy difícil de tragar ya que produce arcadas y vómitos, relata cómo a partir de estas pequeñas bolitas que eran electrodos largaban descargas eléctricas que cuando funcionaban parecía que miles de cristales se rompían y se astillaban en el interior de uno y se desplazaban por el cuerpo hiriéndolo todo. Tan enloquecedores eran, que no se podía ni gritar, ni gemir, ni moverse; quedando con todo el interior hecho una llaga y una sed insoportable.La mayoría de los casos se parecen y sin embargo cada una de estas formas de tortura, me siguen sorprendiendo y horrorizando.
Andrea
En Argentina, en la década de los 70, un hecho ensombreció la historia, el golpe de estado de 1976. En una década muy conflictiva, comenzó un movimiento subversivo, que con distintas corrientes políticas intentaba tomar el control del gobierno tratando así de imponer sus ideas, fuera del sistema democrático. Debido a la existencia de un gobierno débil, el de Isabel Martínez de Perón, sucesora de su esposo, Juan Domingo Perón, las fuerzas armadas encabezadas por el General Videla tomaron el poder el 10 de marzo de 1976.A partir de ese momento se terminó con las instituciones democráticas.
Los miembros del gobierno fueron encarcelados, fueron cancelados los derechos políticos y comenzó una sangrienta persecución contra todos aquellos que hubieran tenido una activa participación en política o en algo relacionado con ella, y contra todos aquellos que hubieran estado relacionados con ellos, tal el caso de algunas personas que por el sólo hecho de aparecer en una agenda telefónica fueron victimas también.
Comenzó la etapa de las desapariciones de personas, hecho aberrante, un crimen de “lesa humanidad”, similar a la persecución y asesinato de judíos durante la 2° guerra mundial.
Las personas eran detenidas por grupos comando llamados “grupos de tareas”, encarceladas en lugares secretos y torturadas terriblemente para sacarles información. Una vez obtenida la información, o cuando ya era inútil hacerlo, eran asesinados, y sus cuerpos se hacían desaparecer, enterrándolos en cementerios bajo el nombre de “NN” o eran arrojados al río, en algunos casos desde aviones en vuelo.
En esta etapa se violaron todos los derechos humanos de las victimas, y los de sus familiares, que aun hoy no pueden saber donde están los restos de sus seres queridos.
Mis padres vivieron toda esa época, y por su edad, pudieron haber sido victimas también. Mi padre contaba entonces con 19 años de edad, recién comenzaba a trabajar y empezaba sus estudios universitarios.
Más de una vez fue detenido en la calle, palpado de armas, identificado, interrogado.
Mi madre también sufrió alguno de estos atropellos, cuando detuvieron su auto y casi se llevan detenido a su hermano.
No existía en esa época otra ley que la impuesta por las fuerzas armadas. Con la llegada de la democracia en 1983, estas violaciones salieron a la luz. Se creó una comisión de personalidades de la sociedad (periodistas, escritores, etc.), llamada CONADEP que investigó y documentó miles de hechos generando un libro llamado “Nunca Mas” que relató hechos terribles.
Se generó en esa etapa, un capítulo negro en la historia argentina plagada de violaciones a los derechos humanos más esenciales. Por eso es que todos juntos debemos decir, una vez más, “NUNCA MAS”.
Leonardo

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